Presión venosa

Mis venas son tan verdes como tus ojos. Con ese matiz azulado que se te pone en primavera. Incluso tienen ese palpitar de tus pupilas. Incesante, extenuante, insistente, excitante… Y vuelta a empezar.

Las veo abrazándome todo el cuerpo. Escondiéndose en cada uno de mis pliegues. Dibujando carreteras que luego transitas a medianoche. Borracho y sin cinturón de seguridad. Con el cuenta kilómetros echando humo. Con los frenos desgastados. En circuito cerrado. 
Siento como se dilatan y se contraen al ritmo de tus caderas. Como intentan estirarse para atarte a la cama y que no te vayas nunca. Como se desesperan por no conseguirlo. Como se encogen avergonzadas en su estupidez.

Creer que te encontraría y te quedarías es como creer que dios existe y no es cruel.

Menuda chorrada, ¿no crees?

2 comentarios:

  1. Ojo, es jodido comentar cosas como ésta. Yo ya no sé qué decir, la verdad.

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  2. Es una chorrada, sí.

    ... Pero siempre volvemos a picar.

    Un beso.

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