La primera vez que te vi fue en un crucigrama.
No me extraña. Siempre te han gustado las palabras inventadas, las vidas entrecruzadas y los dobles sentidos.
Recuerdo que estuve un rato mirándote mientras tú te hacías la encontradiza entre las casillas negras. Tú y tu juego del escondite dais para una novela de ciencia ficción.
Te pregunté que qué tal y tú te tumbaste en el 10 vertical con los labios entreabiertos sin preliminares. Era una gran oferta. Pero desde que me aficioné al póker he decidido guardarme las cartas y las mangas y resolví el 4 horizontal. Tú me miraste entre airada y divertida y me escribiste una nueva ley caminando a lo largo del 5 vertical con el clac clac de tus tacones como mazo de sentencia. Yo me reí con ganas y te propuse el 2 vertical.
Desde entonces nos comemos las letras a pares en el desayuno mientras conspiramos en diagonales un día tras otro.
Mira, zorra, te lo digo de una vez por todas: me importa una mierda que frecuentes mi blog. Por lo que veo en la foto eres feísima. Así que no me hagais perder el tiempo.
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