Opiniones



“Detesto mirarte.” Me decía con la boca viscosa y las pupilas clavadas en el techo. “Detesto mirarte porque cuando lo hago… No sé…. ¿Sabes de esa sensación que se te agarra al estómago y te lo estruja en horizontal mientras los segundos son piedras de río en un reloj de arena? Es horrible. Detesto mirarte y ver cómo se me incendian las pestañas y el humo rojo hace burbujas en mis pulmones. Asfixias. No hay alivio en mirarte. Eres como un paraguas que se me abre en la garganta. Te tragas mi aliento.”

Yo callaba. Siempre callo con estas cosas. Tenía razón. No había alivio.

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