Refranes



He dejado mi corazón colgando en el pomo de la puerta de mi habitación.

Ha sido una medida de emergencia porque me estaba inundando el cuerpo gota a gota. La sangre estaba cavando un lago con remolinos aquí y allá y dentro tan contentos tus ojos grises nadaban al compás de las agujas del reloj. Te habías instalado en mis entrañas y eso era intolerable. Así que no me ha quedado más opción que arrancarlo y dejarlo en la puerta.

El problema es que ahora mi cama es una isla y tus ojos furiosos y grises dan vueltas a mi alrededor como tiburones. Y se me están acabando las ideas.

En un arrebato de genialidad que sólo me dan cuando el pánico me sale por las orejas, se me ha ocurrido taparme con las mantas hasta la cabeza porque ojos que no ven, corazón que no siente, amor.

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